Evaluación neuropsicológica
Evaluación neuropsicológica
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¿Qué es?
La evaluación neuropsicológica es un proceso que se utiliza para estudiar el estado cognitivo y afectivo-conductual de una persona. Este tipo de evaluación se realiza mediante una serie de pruebas y cuestionarios diseñados para explorar diferentes funciones cerebrales, como la memoria, la atención, el lenguaje, y las funciones ejecutivas. Su aplicación clínica es la de diagnosticar y tratar trastornos neurológicos y psiquiátricos.
Son un catálogo de herramientas clave para diagnosticar y gestionar una amplia gama de condiciones neurológicas y psiquiátricas, así como para optimizar el tratamiento y la intervención en diversas situaciones clínicas y legales.
Objetivos de la Evaluación Neuropsicológica
- Identificar Déficits Cognitivos: Determinar si existen problemas en áreas específicas del funcionamiento cerebral.
- Diagnóstico Diferencial: Ayudar a diferenciar entre diferentes trastornos neurológicos y psiquiátricos.
- Planificación de Tratamiento: Diseñar programas de rehabilitación personalizados basados en las necesidades específicas del paciente.
- Seguimiento del Progreso: Evaluar la eficacia de los tratamientos y la evolución del paciente a lo largo del tiempo.
¿Cómo se lleva a cabo?
El proceso generalmente incluye:
- Entrevistas Clínicas: Para obtener información sobre la historia médica y los síntomas actuales.
- Pruebas Estandarizadas: Que miden diferentes aspectos del funcionamiento cognitivo.
- Observación Conductual: Evaluar cómo el paciente realiza las pruebas y su comportamiento durante el proceso.
En TMS ASTURIAS además integramos las últimas técnicas en este tipo de procesos con
realidad virtual (VR) entre otras. Ésta es una técnica avanzada que utiliza entornos virtuales
inmersivos para evaluar diversas funciones cognitivas y conductuales. Esta metodología ofrece varias ventajas sobre las pruebas tradicionales, principalmente debido a su capacidad para simular situaciones de la vida real de manera controlada y precisa. Esta técnica proporciona datos más precisos y relevantes sobre el funcionamiento cognitivo de los pacientes.
Consideraciones clínicas
Este tipo de procesos son de común aplicación en adultos y población geriátrica:
- Demencia y enfermedades neurodegenerativas: Como la enfermedad de Alzheimer, demencia frontotemporal, enfermedad de Parkinson y otras condiciones que afectan las funciones cognitivas, como la memoria, el razonamiento y las funciones ejecutivas. Las evaluaciones neuropsicológicas permiten observar el patrón y el grado de deterioro cognitivo.
- Accidentes cerebrovasculares (ACV): Después de un ACV, estas evaluaciones ayudan a identificar déficits cognitivos resultantes de lesiones cerebrales, que pueden afectar la memoria, la atención, el lenguaje, las habilidades motoras y las funciones ejecutivas.
- Lesiones cerebrales traumáticas: En adultos que han sufrido traumatismos craneoencefálicos, las pruebas neuropsicológicas ayudan a evaluar los efectos del daño cerebral, incluso en casos de lesiones aparentemente menores, y a identificar problemas cognitivos persistentes como dificultades de concentración, memoria y razonamiento.
- Trastornos psiquiátricos: Las evaluaciones son útiles en trastornos como la esquizofrenia, trastorno bipolar, depresión mayor, y trastornos de ansiedad, ya que permite identificar cómo estas condiciones afectan las funciones cognitivas, como la memoria, la toma de decisiones y el procesamiento de la información.
- Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH): Evaluación de procesos atencionales y variables como la impulsividad e hiperactividad. A través de la evaluación neuropsicológica, se pueden medir aspectos como la atención, la impulsividad y la capacidad para planificar y organizar tareas, lo que es clave en el diagnóstico del TDAH.
Y para niños y adolescentes:
- Trastornos del espectro autista (TEA): Las pruebas ayudan a evaluar las habilidades cognitivas, el lenguaje, las habilidades sociales y las funciones ejecutivas, que pueden estar alteradas en los niños con TEA.
- Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH): Evaluación de procesos atencionales y variables como la impulsividad e hiperactividad. A través de la evaluación neuropsicológica, se pueden medir aspectos como la atención, la impulsividad y la capacidad para planificar y organizar tareas, lo que es clave en el diagnóstico del TDAH.
- Trastornos de aprendizaje: Dificultades en la lectura, escritura o matemáticas (como la dislexia o la discalculia) pueden identificarse mediante pruebas que evalúan las habilidades cognitivas relacionadas con el aprendizaje.
- Trastornos de la conducta: Algunas evaluaciones pueden detectar problemas en el control de impulsos y la regulación emocional, comunes en trastornos como el trastorno negativista desafiante (TND) o el trastorno de conducta.
- Trastornos de ansiedad y depresión: La evaluación neuropsicológica puede ser útil para detectar cómo los problemas emocionales afectan las funciones cognitivas, como la memoria, la atención o la capacidad para resolver problemas.